Los principales rivales políticos de Sudáfrica ahora son socios en el gobierno, luego de unirse en un acuerdo de coalición de último minuto que garantizó que el presidente Cyril Ramaphosa fuera reelecto dramáticamente con el apoyo bipartidista, y que dio un impulso a un país en dificultades.
El pacto se selló en el margen de la maratónica sesión parlamentaria del viernes, que permitió que Ramaphosa fuera reelecto horas después para un segundo periodo, con la ayuda de legisladores de oposición que alguna vez fueron sus más férreos detractores.
La coalición entre el Congreso Nacional Africano (CNA) de Ramaphosa y la Alianza Democrática (AD) —el único partido sudafricano importante con un líder blanco— significa que el país más industrializado de África ahora puede formar un gobierno, tras caer en un punto muerto político que puso en riesgo su estabilidad económica.
Más que eso, ha rejuvenecido a una nación abrumada por la pobreza, el desempleo, la corrupción, el crimen y los servicios públicos deficientes. Los sudafricanos ven un rayo de esperanza en la alianza entre dos partidos con ideologías muy distintas, los cuales han aseverado que trabajarán juntos por el bien de la población.
Esto podría dar una nueva unidad a una nación que aún lucha con el legado del brutal sistema de apartheid de segregación racial que terminó en 1994.
Así es como se alcanzó el improbable acuerdo y lo que significa para Sudáfrica, una voz prominente para el mundo desarrollado:
PUNTO MUERTO POLÍTICO
El punto muerto sin precedentes se produjo cuando el CNA perdió su mayoría parlamentaria, que había mantenido durante 30 años, en la elección del 29 de mayo, que puso de manifiesto las frustraciones de millones de sudafricanos negros pobres que, décadas después del final del gobierno de mayoría blanca, aún buscaban una vida mejor. Muchos desertaron del CNA, que liberó al país del apartheid y había sido el partido gobernante desde entonces, dejándolo con tan solo 40% de los votos.
Aunque siguió siendo el partido más grande, fue la primera vez que el alguna vez dominante CNA fue incapaz de formar un gobierno por sí mismo y de reelegir a Ramaphosa en el Parlamento. Así comenzaron dos semanas de frenéticas conversaciones con la AD, el segundo mayor partido y una sorpresiva opción como socio en una coalición, para encontrar elementos comunes, con una fecha límite cada vez más próxima.
En la Constitución de Sudáfrica se indica que se debe convocar un nuevo Parlamento, el cual elegirá un nuevo presidente en los primeros 14 días después que se declaren los resultados de la elección, y el CNA y la AD enfrentaban una carrera contra el tiempo para alcanzar el acuerdo político más importante del país en tres décadas.
EL GRAN AVANCE
El CNA anunció la noche del jueves que, en principio, se había alcanzado un acuerdo, pero que continuarían las conversaciones sobre los detalles. Estas se destrabaron cerca de las 2:00 de la madrugada del viernes, señalaron las autoridades, y cuando el nuevo Parlamento inició más tarde ese día y al tiempo que los legisladores prestaban juramento, aún no se había llegado a un trato.
El país estuvo pendiente de los procedimientos, que fueron transmitidos en vivo, sin saber si se elegiría un nuevo presidente o no. El director del equipo negociador de la AD anunció entonces que ambos partidos “coincidieron entre sí”, pero aún había que esperar pacientemente la firma de un documento formal, al tiempo que el reloj avanzaba.
Ello ocurrió durante un descanso en los procedimientos del Parlamento, y el líder de la AD, John Steenhuisen, reveló en un discurso a la nación que su partido daría fin a su postura de oposición al CNA, largamente mantenida, al votar por Ramaphosa para presidente. Ramaphosa fue reelegido al final de la sesión de 14 horas, y los votos de los legisladores de la AD le ayudaron a cruzar el umbral.
Ramaphosa, de 71 años, que participó activamente en la lucha contra el apartheid, y Steenhuisen, de 48 años, que era un adolescente cuando dicho sistema llegó a su fin, sonrieron y se estrecharon la mano. Ramaphosa calificó este hecho como “una nueva era de esperanza” para Sudáfrica.
OPOSICIÓN A LA COALICIÓN
El acuerdo incluye a al menos otros dos partidos más pequeños, y Ramaphosa ha invitado a todos los partidos representados en el Parlamento a que se unan en una coalición más amplia bajo la bandera de un gobierno de unidad nacional.
Algunos se han rehusado, entre ellos, el nuevo Partido MK del expresidente Jacob Zuma, y los Luchadores por la Libertad Económica, de extrema izquierda. Estos ocupan el tercer y cuarto lugar, respectivamente, entre los principales partidos, y es probable que ahora mantengan su papel de oposición.
YENDO HACIA ADELANTE
Aunque los esfuerzos del CNA y de la AD para encontrar amplios puntos en común han sido aclamados, nadie duda que un gobierno conjunto a largo plazo será complicado.
Ambos partidos están en desacuerdo en varios temas, entre ellos la nacionalización, en contraste con la privatización de sectores claves de la economía, la financiación de la atención sanitaria, los derechos laborales y la política exterior, donde la AD ha criticado la postura abiertamente prorrusa y propalestina del CNA.
Los analistas afirman que ambos grupos deben hallar una manera efectiva de trabajar juntos rápidamente, dados los urgentes problemas de Sudáfrica, entre los que están los índices más altos de desempleo en el mundo, la desigualdad y los crímenes violentos. Estos constituyen una mancha en la reputación de un país que se colocó como un líder de su continente y de todo el mundo en desarrollo.