LA HABANA (AP) — El gobierno cubano presentará al Parlamento un paquete de tres leyes para actualizar las normas de ciudadanía, así como la entrada y salida del país para extranjeros y nacionales, un tema sensible en el marco de la más la más dura crisis migratoria de las últimas décadas.
Las leyes de Migración, Extranjería y Ciudadanía serán debatidas por la Asamblea Nacional del Poder Popular en la sesión que comienza el 17 de julio y contienen algunas novedades, indicó a The Associated Press el primer coronel Mario Méndez Mayedo, jefe de la dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior.
Entre los aspectos relevantes, indicó Méndez, está la desaparición del límite de los 24 meses para que los cubanos que salieron reingresen al país antes de perder su derechos sociales y patrimoniales –como la propiedad de sus casas— y la posibilidad de reclamar ciudadanía hasta el grado de nietos para los cubanos que residen en el exterior.
Además amplía los derechos y permisos de residencia para los cubanos emigrados antes de la pasada década —actualmente con muchas restricciones— y para los extranjeros que deseen hacer negocios o establecerse en la isla.
En paralelo hace más flexible la posibilidad de obtener la ciudadanía para los extranjeros, incluso aquellos que no estén casados con cubanos o no tengan hijos de esta nacionalidad.
Si bien ahora será completamente libre para los cubanos viajar y volver sin perder derechos, bajo las nuevas las leyes se continuarán imponiendo condiciones para casos excepcionales como “seguridad nacional” o “interés público” que será determinadas por las autoridades para las salidas o entradas al país de los nacionales, dijo Méndez.
En los años anteriores, opositores políticos cubanos indicaron que se los había “regulado”, es decir, se les impedía salir del país cuando eran invitados a realizar actividades en el exterior por grupos críticos del gobierno o reingresar a la isla.
“Este tema (el de los regulados) no se puede sacar de contexto. Cuba enfrenta una situación de agresividad permanente”, indicó Méndez en relación a la política de sanciones por parte de Estados Unidos que buscan presionar un cambio de modelo en la isla. “En la práctica es discrecional, no es masivo, pero tenemos que sopesar el costo político de evitarle la salida a un cubano y la acción que va a hacer en contra de Cuba”.
Las nuevas normativas se gestaron a partir de un conjunto de factores, explicó Méndez.
Por un lado, “hay un mandato constitucional” en relación a la carta magna aprobada en 2019 y que, por ejemplo, permite la doble ciudadanía; pero también se hacen necesarias debido a los grandes flujos de salida de cubanos en los últimos años empujados por la crisis económica.
Las autoridades fronterizas en Estados Unidos reportaron haber tenido encuentros con medio millón de cubanos entre octubre de 2022 y mayo de 2024 que buscaban migrar a dicho país, una cifra notable para una pequeña isla caribeña con unos 11 millones de habitantes.
Un tercer aspecto mencionado por el funcionario es contar con cifras precisas de emigración a fin de establecer políticas públicas de salud, educación y seguridad social.
Méndez dijo que actualmente hay en el exterior unos tres millones de cubanos, entre nacidos en la isla y sus descendientes.
En Estados Unidos —el país con la comunidad más extensa— había al cierre de abril 1,3 millones de cubanos con residencia a los que deben sumarse sus hijos. También hay otros 300.000 isleños que todavía tienen su estancia en trámite en dicho país, más unos 100.000 que arribaron mediante permisos especiales otorgados por la administración del presidente Joe Biden.
Una menor cantidad de nacionales de la isla emigraron a España, México e Italia –en ese orden—, al tiempo que hay presencia en Chile y Rusia. En los últimos cinco años los cubanos mostraron tener ciudadanía de unos 140 países del mundo, señaló el funcionario.
Las leyes migratorias tuvieron desde el triunfo de la revolución cubana en 1959 un componente político y gran impacto en la vida de los ciudadanos. En la década del 60, por ejemplo, miles de isleños perdieron sus casas y negocios por salir del país en virtud de estas reglamentaciones.
Pero la disposición de los 24 meses antes de perder los derechos estaba en una moratoria de hecho desde la pandemia de COVID-19, cuando debido al cierre de los países fue imposible hacerla cumplir.
Los temas migratorios cubanos y sus normativas suelen ser también un elemento de conflicto con Estados Unidos, adonde van la mayoría de los emigrados.
Cuba ha acusado sistemáticamente a Estados Unidos de fomentar la emigración de sus ciudadanos con leyes especiales de protección para luego usar el tema para desprestigiar a la revolución.
Las leyes de Migración y Extranjería reemplazarán a unas de 1976 —que se fueron paulatinamente reformando, actualizando y flexibilizando—, pero será la primera vez que Cuba cuente con una de Ciudadanía.
Se espera que las tres normativas sean aprobadas sin oposición por los parlamentarios.
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Andrea Rodríguez está en X como www.twitter.com/ARodriguezAP