El dirigente de Hamás Ismail Haniyeh fue asesinado por un ataque aéreo en la capital iraní, según dijeron el miércoles por la mañana Irán y el grupo armado, que acusaron a Israel de un impactante asesinato que amenazaba con escalar el conflicto regional mientras Estados Unidos y otros países intentaban evitar una guerra regional abierta.
En un primer momento no había comentarios de Israel, que había prometido matar a Haniyeh y otros líderes de Hamás por el ataque del grupo contra el sur de Israel el pasado 7 de octubre, en el que milicianos liderados por Hamás mataron a 1.200 personas y tomaron a unas 250 como rehenes. El ataque se produjo después de que Haniyeh asistiera a la investidura del nuevo presidente iraní en Teherán, y apenas unas horas después de que Israel atacara a un comandante de la milicia aliada de Irán Hezbollah en la capital libanesa, Beirut.
El llamativo asesinato del líder político de Hamás amenazaba con tener consecuencias en los conflictos entrelazados en la región. Especialmente, el ataque en Teherán podría llevar a Irán e Israel a un conflicto directo si Irán toma represalias.
“Consideramos esta venganza como nuestro deber”, dijo el ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, en un comunicado en su su sitio web oficial. Israel, afirmó, se ha “preparado un duro castigo para sí” al matar “a un huésped querido en nuestro hogar”.
Irán e Israel, agrios rivales regionales, ya estuvieron cerca de una guerra en abril cuando Israel bombardeó la embajada iraní en Damasco. Irán respondió e Israel hizo lo mismo en un intercambio de fuego sin precedentes en sus respectivos territorios, aunque los esfuerzos internacionales lograron contener ese ciclo de represalias antes de que se saliera de control.
La muerte de Haniyeh también podría hacer que Hamás abandonara las negociaciones que se han desarrollado durante 10 meses para buscar un cese al fuego en Gaza, y donde los mediadores estadounidenses habían dicho que se hacían progresos.
Además, el asesinato podría agravar las tensiones ya existentes entre Israel y su poderoso rival Hezbollah, que diplomáticos internacionales intentaban contener después de que un cohete matara el fin de semana a 12 jóvenes en el territorio controlado por Israel en los Altos del Golán.
El martes por la noche, Israel realizó un inusual ataque en Beirut en el que dijo haber matado a un importante comandante de Hezbollah que supuestamente era responsable del ataque en los Altos del Golán. Hezbollah dijo el miércoles que seguía buscando el cuerpo de Fouad Shukur entre los escombros del edificio.
Cuando periodistas en Manila le preguntaron por el suceso en Teherán, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que no tenía “información adicional que ofrecer”, aunque expresó su esperanza por una solución diplomática en la frontera entre Líbano e Israel.
“No creo que la guerra sea inevitable”, dijo. “Creo que siempre hay espacio y oportunidad para la diplomacia, y me gustaría ver a las partes aprovechar esas oportunidades”.
Pero diplomáticos internacionales que intentaban desactivar las tensiones expresaron su alarma. Un diplomático occidental cuyo país ha trabajado para impedir una escalada entre Israel y Hezbollah, dijo que los dos ataques en Beirut y Teherán “casi han matado” las esperanzas de un cese al fuego en Gaza y podrían llevar a Oriente Medio a una “devastadora guerra regional”. El diplomático habló bajo condición de anonimato para comentar la delicada situación.
Un portavoz del ejército israelí declinó hacer comentarios. Israel no suele comentar los asesinatos perpetrados por su agencia de inteligencia Mossad o las operaciones en otros países.
Medios iraníes mostraron videos en los que Haniyeh y el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, se abrazaban tras la investidura del mandatario el martes. Horas más tarde, el ataque golpeó la residencia que utilizaba Haniyeh en Teherán y lo mató, según un comunicado de Hamás.
El grupo citó palabras de Haniyeh sobre que la causa palestina tiene “costos” y “estamos listos para estos costos: el martirio por el bien de Palestina y por el bien de Dios Todopoderoso, y por el bien de la dignidad de esta nación”.
Pezeshkian prometió que su país “defenderá su territorio” y haría que los agresores “lamenten su cobarde acción”.
La rama militar de Hamás dijo en un comunicado que el asesinato de Haniyeh “lleva la batalla a nuevas dimensiones y tendrá grandes repercusiones sobre toda la región”. Dijo que Israel “cometió un error de cálculo al ampliar el círculo de agresión”.
En declaraciones a la AP, un vocero de Hamás, Sami Abu Zuhri, dijo que el asesinato no afectaría al grupo y que en el pasado ha salido más fuerte de crisis y asesinatos de líderes.
Haniyeh abandonó la Franja de Gaza en 2019 y había vivido exiliado en Qatar. El principal dirigente de Hamás en Gaza es Yehya Sinwar, que fue el autor intelectual del asalto del 7 de octubre.
En Cisjordania, el presidente palestino Mahmud Abás —que cuenta con respaldo internacional— condenó el asesinato de Haniyeh, señalando que se trataba de un “acto cobarde y un acontecimiento peligroso”. Las facciones políticas del territorio ocupado convocaron huelgas en protesta del asesinato.
En abril, un bombardeo israelí en la Franja de Gaza mató a tres de los hijos de Haniyeh y a cuatro de sus nietos.
En una entrevista con el canal satelital de Al Jazeera en ese entonces, Haniyeh dijo que los asesinatos no iban a ejercer presión sobre Hamás para que suavizara sus posturas en medio de las negociaciones de cese al fuego con Israel.
Mientras tanto, las Fuerzas de Movilización Popular iraquíes, una coalición de milicias respaldadas por Irán, dijeron que un ataque el martes por la noche contra una base al suroeste de Bagdad mató a cuatro miembros de la milicia Kataib Hezbollah.
El grupo acusó a Estados Unidos de estar detrás del ataque. Kataib Hezbollah, junto con otras milicias, ha llevado a cabo en los últimos meses ataques contra bases que albergan tropas estadounidenses en Irak y Siria en represalia por el apoyo de Washington a Israel en la guerra de Gaza. Funcionarios estadounidenses no hicieron comentarios de inmediato.
Se cree que Israel mantiene desde hace años una campaña de asesinatos contra científicos nucleares iraníes y otras personas relacionadas con su programa atómico. En 2020, un importante científico nuclear militar iraní, Mohsen Fakhrizadeh, fue asesinado por una ametralladora controlada a distancia cuando viajaba en auto a las afueras de Teherán.
Más de 39.360 palestinos han muerto y más de 90.900 han resultado heridos por la ofensiva militar lanzada por Israel en Gaza en respuesta al ataque del 7 de octubre, según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, cuyo conteo no distingue entre civiles y combatientes.