Esta semana comenzaron las clases en el sistema público de enseñanza, ante ello, los principales líderes de las organizaciones magisteriales de Puerto Rico expresaron sus opiniones sobre el regreso a clases y destacaron tanto los logros como las preocupaciones persistentes en el sistema educativo.
La presidenta de la Unión Nacional de Educadores y Trabajadores de la Educación (UNETE), Liza Fournier, destacó las fallas en el mantenimiento de las escuelas, la falta de personal y las condiciones precarias para que maestros y estudiantes comiencen el nuevo curso escolar.
“El regreso a clases ha sido, en muchos aspectos, exitoso, pero aún enfrentamos desafíos significativos. Las escuelas que aún carecen de servicios básicos como luz y agua son una muestra clara de las carencias que persisten en el sistema”, afirmó. Fournier también subrayó la importancia de continuar abogando por mejoras en la infraestructura escolar y en las condiciones laborales de los maestros.
Aunque reconoció que algunas instituciones han mejorado en comparación con años anteriores, subrayó que muchas otras siguen enfrentando problemas graves, como la falta de electricidad y agua.
Fournier mencionó que entre 56 y 58 escuelas comenzaron el año escolar sin servicio eléctrico, afectando principalmente a áreas como Carolina, Canóvanas y Barranquitas. Además, otras instituciones reportaron problemas de baja presión de agua o cisternas sin mantenimiento, lo que dificultó aún más las operaciones escolares.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), Víctor Bonilla, evaluó el regreso a clases como “retante”, y subrayó que, según un informe de la AMPR, el 50% de las escuelas inspeccionadas no están completamente aptas para operar.
“Podemos decir que las escuelas abrieron y se inició un curso escolar, pero no todas están aptas”, comentó Bonilla. La falta de generadores, ventiladores y cisternas, especialmente importantes para enfrentar los episodios de calor, fueron algunos de los principales problemas señalados.
A pesar de las declaraciones del Gobernador de Puerto Rico, quien calificó el regreso a clases como “exitoso”, Bonilla discrepó, indicando que, aunque las escuelas abrieron, no todas cumplían con las condiciones necesarias.
Entre las preocupaciones inmediatas también se encuentran la falta de nombramientos en áreas críticas como la educación especial y las bibliotecas, lo cual, según Bonilla, afecta gravemente la capacidad de las escuelas para funcionar adecuadamente. Además, algunas escuelas han tenido que reducir sus horarios debido a la falta de servicios básicos como agua y electricidad, exacerbados por la llegada de la tormenta Ernesto.
Otro tema que ha generado controversia es la reciente adjudicación de un contrato a Oriol Campos, un directivo con conexiones políticas en el equipo de la candidata a la gobernación, Jenniffer González. La Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR) ha manifestado su preocupación sobre la politización del Departamento de Educación. “La agencia no debe ser politizada”, enfatizó Bonilla, sugiriendo que los fondos se utilicen mejor para mejorar la educación pública en lugar de otorgar contratos de cuestionable transparencia.
En cuanto a la infraestructura escolar, Bonilla reconoció que ha habido avances en la compra de materiales, pero señaló que aún hay carencias significativas. Entre ellas, destacó la necesidad de que se pague la carrera magisterial y de que todas las escuelas estén aptas desde el inicio del curso escolar. También mencionó la importancia de velar por el cumplimiento de los derechos adquiridos por los maestros.
El problema del mantenimiento de las infraestructuras escolares también fue destacado por Fournier, quien mencionó que la falta de supervisión adecuada y la subcontratación han llevado a reparaciones repetitivas y mal ejecutadas.
“En mi escuela, han tenido que sellar el techo seis veces en un año porque seguía filtrando agua”, relató, subrayando la ineficiencia y los retrasos en la ejecución de estos trabajos.
Finalmente, Bonilla se refirió al proceso de descentralización en la región de Ponce, una iniciativa que busca otorgar más control a las escuelas sobre sus propios presupuestos. Aunque la Asociación de Maestros apoya la descentralización, Bonilla insistió en la necesidad de que el proceso sea transparente y cumpla con las normativas establecidas.