NUEVA YORK (AP) — Durante buena parte de este verano, pareció que un hombre tenía asegurado el triunfo en la competencia por el trofeo al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.
Francisco Lindor ha puesto interesante la contienda.
Con su encomiable liderazgo y su brillo de todos los días tanto a la defensiva como con el madero, el campocorto boricua de los Mets de Nueva York está dando pelea al japonés Shohei Ohtani, bateador designado de los Dodgers de Los Ángeles.
“Agradezco que no tengamos que votar”, dijo el también puertorriqueño Alex Cora, manager de los Medias Rojas de Boston, esta semana en el Citi Field. “Será interesante. Este chico está haciendo de todo”.
Orgulloso, Cora llama “chico” al astro de 30 años. Conoce a Lindor y a su familia desde que era niño y jugaba en las Pequeñas Ligas de Puerto Rico.
En ese sentido no ha cambiado mucho. Lindor sigue jugando sonriente, con alegría infantil, incluso a 10 temporadas de que comenzó su carrera maravillosa en las mayores.
Pero no hay nada inmaduro en la forma en que está liderando a los Mets durante una tensa lucha por los pasajes de playoffs en la Liga Nacional.
“Cada vez que él está en el plato, nos sentimos bien con nuestras posibilidades” afirmó el manager venezolano Carlos Mendoza. “Está comprometido ahora”. Tiene un trabajo duro. Jugar en el campocorto con los Mets de Nueva York no es un trabajo fácil. Y él lo ha estado haciendo en un nivel de elite, a la defensiva y al bate… así como con su impacto en el clubhouse y en la organización”.
Lindor, quien llega a la caja de bateo con la canción “My Girl” de The Temptations, ostenta un promedio de .365 con seis jonrones, ocho dobles, 12 remolcadas y 15 anotadas. Ha conectado de hit en 15 juegos seguidos, para igualar la mejor racha de su carrera.
El primer bate se ha embasado en 33 duelos consecutivos, también su mejor seguidilla y la más larga que se encuentre activa en las mayores.
No es casualidad que los Mets (76-64) hayan ganado siete compromisos en fila y se encuentren medio juego detrás de los Bravos de Atlanta, sus rivales de división, en la lucha por el último pasaje de comodín a los playoffs.
Nada mal para un equipo que estaba 11 juegos debajo de .500 en junio. Ahora, Lindor escucha cada noche el cántico del público en el Citi Field, que pide su nombramiento como el Más Valioso.