En tan solo cinco días, nuestra gente tendrá la oportunidad de expresarse en las urnas para fijar el destino político de los próximos cuatro años. Ese ejercicio de intimidad y madurez política cierra un ciclo de deliberaciones que se ancla en las aspiraciones personales y colectivas que buscan mejores condiciones de vida, más recursos para cubrir las necesidades de nuestra gente y un gobierno limpio, accesible y ágil, que apoye a todos y cada uno de sus ciudadanos sin distinción alguna.
Han sido meses intensos, en los que me he concentrado en escuchar aún con mayor atención tus dolores, tus necesidades. Sé que te amenaza la oscuridad por un servicio de energía deficiente, que te cuesta más alimentar a tu familia, que el salario no te alcanza, que tu salud se deteriora, que tu familia se separa en busca de mejores condiciones. Conozco tus necesidades porque son mías; las que comparto con todos los que habitamos esta hermosa isla. Todas ellas han sido recogidas en el más ambicioso programa de gobierno de la historia reciente, que integra soluciones aportadas por muchas personas que buscan lo mejor para Puerto Rico.
Durante este proceso, he sido el blanco de ataques infames no tan solo a mi persona, sino a mi familia. He tenido que aguantar —a veces en silencio— el temblor que causa el coraje y la indignación de los intentos de abatirme por mis convicciones. Me han dicho de todo. Me han acusado de todo. Me han provocado con todo… Pero mi obra, la misma que me trae hasta aquí, los años de servicio, de entrega, y de trabajo responsable, allanaron el camino para estar hoy frente a ti.
Toda esa maldad se produce porque me temen. Saben que vengo a sanear el servicio público con ideas de progreso para el beneficio de todos. Saben que escucho la fuerza y la voz de un pueblo cansado de que le fallen. Saben que vengo con el deseo y la fuerza para servir, para que la voz del pueblo se escuche aquí y en la Nación. Saben que vengo a estabilizar las finanzas del Estado para sacarnos de la quiebra, que vengo a proteger y a garantizar tus derechos civiles, constitucionales y políticos contra todo aquel que intente amenazarlos. Pero sobre todas las cosas, saben que vengo con el apoyo de un pueblo sabio y que conoce mi obra y mi corazón, pues tengo la convicción de que podemos lograr todo lo que nos propongamos. Solo cinco días nos separan del triunfo. Se acabó la espera. Sal con fuerza a votar para así garantizar el progreso y la estabilidad de Puerto Rico. Cuento contigo.