Thursday, November 21, 2024
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Bad Bunny y René Pérez: el beso de la derrota

Jenniffer González barrió el pasado martes en las elecciones y al primero en la lista de los barridos fue el exponente “Bad Bunny”, quien hizo campaña por Juan Dalmau y la alianza independentista, así como a René Pérez, quien con su estilo de vomitar insultos y palabras soeces contra los demás, pidió el voto para el gobierno independentista.

Aparte de estos dos, la unión de figuras y medios, así como su impacto, para derrotar a la comisionada residente fue descomunal. Molusco, Jay Fonseca, Ricky Martin, el “comediante” Kiko Blade, grupos artísticos como “Teatro Breve”, Nydia Velázquez, Alexandria Ocasio-Cortez, Kanny García, etc.

En el caso de las congresistas Velázquez y Ocasio-Cortez, viajaron a la isla a decirles a los puertorriqueños que debían votar por Dalmau, Ana Irma Rivera Lassén y Manuel Natal. Los puertorriqueños hicieron todo lo contrario a la petición de ambas.

La unión de plataformas, como vía para dispersar el mensaje a favor de Dalmau de estas figuras públicas, tiene un alcance inimaginable. No hay campaña política local que pueda pagar una publicidad así. Sin embargo, aquí siguen confundiendo las cosas, entendiendo algunas de estas figuras que porque tienen muchos seguidores, eso es significado de que estos harán lo que estas figuras digan, como si fueran reses de cercao’.

Tiraron a matar, políticamente hablando, y esa acción fue para que Juan Dalmau ganara la gobernación, no para quedar en segundo lugar, mucho menos de manera distante. Hoy indican que triunfaron porque quedaron en segundo lugar. Ciertamente, hay un aumento de votos para Dalmau, pero todas esas figuras entendían que con el esfuerzo coordinado que estaban haciendo, llevarían a Dalmau al triunfo, no a una segunda posición. ¿Qué pasó que no se logró la meta?

Escribí en Metro el pasado 10 de octubre: “…”Bad Bunny” inició una ofensiva contra el PNP en diversos ‘billboards’. La misma resultó muy fuerte para muchos novoprogresistas porque al hablar de la organización política habla de sus afiliados y establece que estos no aman a la isla por ser o votar penepé. Para esos días, el también intérprete urbano René Pérez le dio su “bendición” a Dalmau. En el video, se refirió a Jenniffer González como una “cabrona”, expresión hecha teniendo al lado al candidato independentista… Estos dos “artistas” levantan emociones de aprobación y desaprobación. Creo que dentro de las filas del PNP son detestados, y… puede hacer que la herida de la primaria sane en tiempo récord y los seguidores de Pierluisi cierren filas detrás de Jenniffer González, no por ella, más bien porque se sienten provocados como penepés. No creo que “Bad Bunny” y Pérez tengan gran influencia en los indecisos, los penepés y/o los populares. Puede darse el caso que les hagan un favor a esos dos partidos provocando, sin percatarse y sin entender, lo contrario a lo que buscan, que las fuerzas del opositor se aglutinen o solidifiquen”.

La tarima del cierre de campaña de la Alianza independentista, el pasado domingo, fue utilizada por uno de los moderadores para continuar el ataque indicando que “los penepés son unos cabrones”. Dicho comentario tuvo la anuencia de la alianza y su liderato al no emitir comentario alguno que los distanciara de ese tipo de expresión.

Lo ocurrido no fue exclusivamente por esa razón. Tanto en la elección del 2020 como en estas, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el candidato Juan Dalmau cambiaron su discurso de decir que un voto por la colectividad y sus candidatos era un voto por la independencia, a decir todo lo contrario. El tema de Venezuela, aunque no tenía que ver directamente con la isla, sirvió para ver cuán real era el discurso de la colectividad a favor de las causas sociales y los derechos humanos. Resultó que en el caso de Venezuela, fueron muy tímidos y nunca se atrevieron a condenar la dictadura de Nicolás Maduro, aunque lo hacen con otros. Dicho tema, como mencioné anteriormente, sirvió para probar el carácter del candidato. Fallaron en lo fácil. Mientras por un lado decían que para nada su gobernación tenía que ver con independencia ni socialismo, por otro lado, en su plataforma de gobierno, se esbozaban conceptos que giraban sobre esas corrientes.

“¡Están metiendo miedo!”, se quejaba la izquierda. ¿Ha escuchado usted una campaña política que parte de sus expresiones no sea meter miedo? Por ejemplo, cuando la propia alianza independentista decía que si gana tal o cual se van a robar los clavos de la cruz o que en la plataforma del Partido Nuevo Progresista (PNP) o del Partido Popular Democrático (PPD) hay algo que puede afectar al pueblo, ¿no es meter miedo también? Es la misma vaina, lo único que la izquierda entiende que es que ellos, sí, pueden jugar de cualquier manera y los demás no. Todas las campañas explotan el sentimiento del miedo para ganar votos a su favor. Lo que pasa es que, como ellos destacan el miedo con hechos en casos de corrupción, sus oponentes van a hacer lo mismo con hechos escritos en su propia plataforma. ¿La campaña de miedo es válida cuando ellos la explotan e injusta cuando se la aplican a ellos?

Esta elección dio muchas lecciones. Una es que los denominados “influencers” realmente no tienen influencia real en la mayoría de la población. Ni un intérprete con 45 millones de seguidores en redes, varios de esos millones puertorriqueños, debe entender que es Dios o que puede tumbar gobiernos o candidatos porque él lo dice. De otra parte, un cierre de campaña con una asistencia impresionante, por todos los artistas que llevaron, no debe confundir a la ciudadanía con respaldo a tal o cual candidato. Si ponen al candidato sin artistas y se empaqueta de esa manera, entonces podemos hablar. Poner a Juan Dalmau a hablar cuatro minutos y a Bad Bunny 30 minutos, hizo evidente a quién la producción entendía la audiencia iba a ver. Salieron esperanzados, pero con una esperanza basada en una proyección, no en una realidad, para mantener el entusiasmo y los soldados en las trincheras. Pero la dura realidad de que fue un montaje los despertó el martes.

Especulo que Bad Bunny es una figura que necesita probar su poder, ver hasta dónde son capaces de llegar por él. Por eso sus convocatorias a conciertos “de hoy para mañana” haciendo que sus seguidores dejen de hacer lo que están haciendo para salir, y hasta dormir en la calle uno o dos días, para lograr un boleto. Él no tiene necesidad de exponer a sus seguidores a eso, pero algo quiere probar para sí mismo y para demostrar a otros. Y tiene éxito en eso.

¿Fue intentar sentenciar a muerte política a un partido para que le adjudicaran a él un poder que evidentemente no tiene y mostrar que es un ser omnipotente? Desconozco, pero si fue eso pues “se dio contra la laja” porque no le salió y quedó demostrado que, como algunas de las figuras mencionadas en los primeros dos párrafos de este escrito, él es un mortal más. En mi opinión, tanto Bad Bunny como René Pérez y otros le dieron, involuntariamente, el beso de la derrota a la alianza independentista.

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