Lionel Messi, una de las figuras más grandes del fútbol a nivel mundial, no solo tiene una carrera extraordinaria, sino también una historia de amor de películas. Él y su esposa, Antonella Roccuzzo, han compartido una conexión que se va hasta la niñez y la adolescencia, mucho antes de que la fama tocara la puerta del deportista.
Messi y Antonella se conocieron en Rosario, Argentina, cuando él tenía solo 9 años y ella 8. Fue a través de Lucas Scaglia, primo de Antonella y amigo cercano de Messi, que se inició este vínculo. Desde entonces, la química entre ellos fue evidente, aunque el romance tardaría en florecer.
Messi y Antonella Roccuzzo se conocen desde niños
Durante su adolescencia, ambos vivieron en Rosario, llevando vidas típicas de jóvenes argentinos. Lionel, ya mostrando su increíble talento con el balón, partió a Barcelona a los 13 años para perseguir su sueño de ser futbolista profesional. Sin embargo, la distancia no rompió el lazo entre ellos. En fotografías de esa época, Messi y Antonella lucen como cualquier pareja de adolescentes enamorados: sonrientes, con estilos simples y frescos propios de los años 2000.
Antonella, siempre reservada y lejos de los focos, apoyó a Lionel en cada paso de su carrera. A pesar de las interrupciones geográficas, se reencontraron a principios de la década del 2000 y comenzaron oficialmente su relación en 2008. Desde entonces, han sido inseparables.
Hoy, la pareja no solo inspira con su duradera relación, sino que también son un ejemplo de humildad y valores familiares. Han construido una vida juntos, criando a sus hijos Thiago, Mateo y Ciro, y manteniéndose como pilares fundamentales en la vida del otro.
La historia de Messi y Antonella es una prueba de que el amor verdadero puede perdurar a través de los años y superar cualquier desafío. Desde sus días de adolescentes en Rosario hasta ser una de las parejas más queridas del mundo, su vínculo sigue siendo tan fuerte como siempre.