El Centro para una Nueva Economía (CNE) propuso una nueva política industrial —sin necesidad de aprobación por parte de Estados Unidos— para impulsar el crecimiento económico, construcción de una infraestructura moderna y crear más empleos en Puerto Rico mediante la colaboración del sector público y privado.
Luego de un análisis de 25 años, un estudio realizado por el director de Política Pública en el CNE, Sergio Marxuach presentó una agenda alternativa que busca más allá de la reconstrucción para una infraestructura moderna. La propuesta también se expande a sectores económicos más allá de la manufactura.
El estudio destacó que Puerto Rico lleva décadas negociando acuerdos de inversión con empresas multinacionales y, en cuanto a recursos, el presupuesto destina miles de millones de dólares, tanto en gasto directo como en incentivos fiscales, al “desarrollo económico”. No obstante, ha fallado en establecer vínculos entre el sector extranjero y el nacional.
“El sector privado identifica una oportunidad y dice ‘mira, para poder hacer algo en Puerto Rico, necesito esto’. Entonces, ahí es que viene el gobierno de Puerto Rico y dice ‘yo puedo proveer esto a cambio de que tú hagas esto’ y ese tipo de negociación Puerto Rico lo puede hacer. No hay ningún elemento legal, no hay ningún impedimento de tratado o de falta de poder comercial”, ejemplificó Marxuach durante una mesa redonda.
La CNE planteó un enfoque moderno que considera las oportunidades en todos los sectores de la economía como la agricultura de alta tecnología, los servicios avanzados o especializados y la manufactura sofisticada, entre otras áreas.
“Después de una prolongada crisis fiscal, las secuelas de múltiples desastres naturales y los trastornos económicos causados por la pandemia, Puerto Rico se encuentra en una encrucijada crítica. Debemos trazar una nueva ruta que fomente el crecimiento sostenible y el bienestar social. Nuestra propuesta sobre política industrial busca la colaboración entre todos los sectores para redefinir el desarrollo económico de Puerto Rico”, añadió Marxuach mediante comunicado.
El director explicó que la política industrial es un proceso interactivo de cooperación estratégica entre el sector privado y el gobierno que, por un lado, sirve para obtener información sobre las oportunidades y limitaciones empresariales y, por otro, genera iniciativas políticas en respuesta.
De acuerdo con el CNE, la definición moderna del término “política industrial” se refiere a “un grupo de instituciones, programas, y organizaciones que trabajan conjuntamente con el objetivo de lograr una transformación económica en determinado país o región”.
En otras palabras, una política industrial moderna es un proceso de descubrimiento y aprendizaje colaborativo entre el sector público, el sector privado, la academia, las uniones laborales y otras organizaciones no gubernamentales, con el fin de generar una transformación económica a mediano y largo plazo.
Los objetivos de la política son crear mayor valor añadido, generar crecimiento económico y mejores trabajos.
La organización reconoce que en este proceso complicado, es inevitable cometer errores o sobreestimar el potencial de un sector económico o que puede fracasar. La clave para evitar repercusiones es identificar el error a tiempo, analizar qué ha ocurrido y por qué, y reorientar los recursos hacia otros sectores con mayor potencial.
“Yo creo que, si lo vamos a hacer, sería una pena si perdiéramos esta oportunidad que tenemos ahora mismo, el primer componente es crear esa visión estratégica”, opinó el director.