El fenómeno global del Eras Tour de Taylor Swift no solo ha dejado huella en la industria musical, sino también en la vida de sus seguidores más devotos. Entre ellos destaca Nikki Glaser, comediante y fiel admiradora de la cantante, quien decidió llevar su pasión a un nivel extraordinario: asistiendo a 22 de los conciertos de la gira en diferentes partes del mundo.
A pesar del desembolso, la comediante no tiene remordimientos y califica la experiencia como “absolutamente valios
La experiencia de Nikki Glaser en la gira de Taylor Swift
En una reciente entrevista, Glaser compartió que esta aventura le costó cerca de 100 mil dólares, una cifra que abarca boletos, transporte, alojamiento y otros gastos relacionados con su aventura.
“Quiero aclarar que este monto incluye gastos de viaje, hoteles y también los costos de llevar y hospedar a quienes me acompañaron”, detalló la comediante. A pesar del alto costo, Nikki no se mostró arrepentida y describió la inversión como “absolutamente valiosa”.
Su declaración ha abierto un debate sobre cómo las personas manejan sus finanzas personales y priorizan sus gastos, especialmente cuando se trata de experiencias.
Nikki lo ve como una gran inversión
El Eras Tour, que concluyó el pasado 8 de diciembre en Canadá, fue un fenómeno sin precedentes, recaudando más de 2.000 millones de dólares en ventas de boletos, según reportó The New York Times. Durante los 21 meses que duró la gira, miles de personas como Glaser se entregaron por completo a la experiencia, gastando grandes sumas para ser parte de este hito musical.
Para Nikki, el gasto en el tour tiene una justificación personal. “Busqué información sobre cuánto cuesta criar un hijo, y cuando vi ese número, pensé: ‘No hay problema en gastar esto en Taylor Swift’”, explicó en una entrevista con People. En Estados Unidos, los costos de criar un hijo pueden superar los 230.000 dólares hasta que cumpla 18 años, lo que, según Glaser, le permitió justificar su elección de destinar ese dinero a algo que le trae felicidad y satisfacción.
Sin embargo, la comediante también es consciente de las críticas que genera su decisión. “Nadie juzga a quienes gastan dinero en sus hijos, pero cuando alguien como yo asiste a 22 conciertos, de repente es un problema”, afirmó. También se refirió a la polémica sobre los altos precios de los boletos, señalando que la inequidad en su venta hace que los más privilegiados tengan ventaja: “Ojalá fuera una lotería, pero si yo no compraba ese boleto de 6.000 dólares, alguien más con igual o más recursos lo habría hecho”.
