Friday, December 20, 2024
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Se vienen años de sufrimiento e incertidumbre para Siria: Aboud Barsekh-Onji

En Siria, la caída del régimen de Bashar Asad trajo júbilo a muchas personas que habían vivido bajo 13 años de una guerra civil intermitente y una dictadura de décadas.

No obstante, también fragmentó el territorio sirio. Varias facciones armadas ahora compiten por control y legitimidad, y actores externos se muestran ansiosos por preservar sus intereses regionales en medio del caos.

La caída del régimen del se dio tan rápido que no solamente tomó a los sirios por sorpresa, sino también a la comunidad internacional. Tal es el caso del analista geopolítico Aboud Barsekh-Onji, de 37 años, quien radica en México desde 2013.

En entrevista con Metro World News, compartió un poco de su vida en Aleppo y cómo percibe los acontecimientos que cambiaron el panorama y el destino del país donde nació y creció.

MWN: ¿Cuándo saliste de Siria y has regresado desde entonces?

ABO: Salí de Aleppo el 1 de junio de 2012, cuando la situación en diferentes partes del país empezaba a deteriorarse. No he regresado a Siria desde entonces.

Como contexto, el descontento popular con el gobierno de Bashar al-Assad desencadenó protestas y manifestaciones a favor de la democracia en marzo de 2011. Después de meses de represión por parte del Estado, varios grupos extremistas armados comenzaron a formarse en todo el país. A mediados de 2012, el conflicto había escalado y ya se hablaba de una revolución o una guerra civil.

Primero estuve un tiempo en Líbano, porque mi familia materna es libanesa. En verdad pensaba que las cosas mejorarían y que pronto podría regresar. Cuando me di cuenta que el conflicto iba para largo, decidí emigrar a México en la primavera de 2013.

MWN: A casi tres semanas de la caída de Bashar Assad, ¿por qué se dio de forma tan rápida e inesperada?

ABO: El Medio Oriente no es una región que, en términos generales, refleja estabilidad, ni en años recientes ni en décadas o siglos recientes, en medio de dictaduras, monarquías, guerras, conflictos sectarios, etc.

Lo vimos con la invasión de Iraq en 2003, y posteriormente la caída de los líderes de Libia y Egipto en 2011. Ahora lo vemos en Siria. Es lamentable que la región esté sufriendo desde hace muchos años debido a este tipo de conflictos. Más allá de los conflictos militares, hablo de conflictos con base en creencias ideológicas y religiosas que no dejan avanzar a los países hacia una administración pública donde realmente exista una separación entre la religión y el Estado.

Creo que su gran error fue gobernar como un dictador. Si hubiera manejado al país con esa visión laica que tenía, pero de forma institucional, permitiendo que otras personas y otros grupos étnicos llegaran al poder, la historia sería diferente.

Sin embargo, considero que también hizo cosas buenas para el país.

MWN: ¿Podrías compartir más detalles?

ABO: Siria era uno de los países del mundo en el que podías dormir dejando las puertas de tu casa abiertas y nadie entraría. Estoy hablando de cómo eran las cosas antes de 2010. Algunas cosas, como por ejemplo en materia de educación y salud de calidad, eran mejores que en muchos países, incluyendo México.

Bashar, como su padre, eran parte del partido Baaz Árabe Socialista. Cuando llegaron al poder, hace más de 50 o 60 años, tenían una visión de estructura social para la región, separando la religión del estado. La gente en verdad buscaba salir de la burbuja de la religión hacia un entorno más moderno.

El problema fue que, como pasó en otras partes del mundo a otros países con gobiernos socialistas, se fueron alejando de los principios del socialismo y de la democracia.

MWN: ¿Cómo era vivir en un país gobernado por los Asad?

ABO: Hafez Asad, padre de Bashar Asad, quien gobernó durante tres décadas, empezó a dar preferencia a su grupo religioso, los alauitas, un grupo etnoreligioso que se separó del islam chiíta durante el siglo IX.

Su gobierno y el de Bashar se caracterizaron por proteger a las minorías del país, como católicos, armenios, kurdos, drusos, etc., al ser ellos mismos parte de una minoría en un país donde la mayor parte de la población son musulmanes suníes.

Puede sonar fuerte, pero no creo que la democracia necesariamente sea un sinónimo de bienestar. ¿Prefieres un país gobernado por un dictador, pero donde tienes todo lo necesario para vivir bien, o un país donde hay cierto grado de democracia, pero el país no está bien en lo social o en lo económico?

Los Asad gobernaron como reyes pero siguiendo, hasta cierto punto, con el discurso de que lideraban una república. Fue su gran error, seguir insistiendo en que estaban al frente de una república sin hacer cambios institucionales.

MWN: ¿Si las cosas estaban relativamente bien en Siria, por qué los alcanzó la llamada Primavera Árabe?

ABO: En su momento, había una oposición en Siria representada en diferentes partidos, conformadas por grupos y personas de diferentes etnias y religiones, pero nunca buscaron un cambio por medio de las armas. De hecho, había cierto miedo en el país incluso para hablar mal del gobierno. El aparato de inteligencia del Estado era muy fuerte y la gente no pensaba o imaginaba que algún día sería posible derrocar al gobierno o que la Primavera Árabe llegaría a Siria.

Sin embargo, empezaron a llegar personas de otros países con ideas extremistas, con apoyo militar y financiero de grupos extremistas e incluso gente de diferentes países, árabes, no árabes, occidentales, etc. Y así fue que las cosas empezaron a salirse de control.

Algunos de estos grupos extremistas o terroristas abiertamente hablaban de crear un estado islamico en Siria, o de regresar a la región a la era de los califatos musulmanes. Hace muchos siglos, los sirios no eran musulmanes, el islam llegó a Siria por medio de la expansión de esos califatos, que impusieron su religión, si idioma y muchas de sus costumbres, entonces en cierta forma lo que pasó y lo que está pasando en Siria es algo que la región ha vivido anteriormente.

MWN: Mucha gente celebró la caída de Bashar Asad, o al menos fueron las imágenes que recorrieron el mundo…

ABO: Tras la caída del régimen, vimos escenas de fiesta y de celebración, incluso en la histórica Mezquita de los Omeyas en Damasco, por parte de algunos grupos. Ahora los suníes tienen el control que le fue arrebatado a los alauitas.

Pero como te decía antes, es una lucha que tiene siglos, y entre las diferentes facciones que se disputarán el poder en Siria hay algunas que quieren, o hasta hace algunos años eso decían, crear un estado islámico en el país. Es decir, un estado gobernado por la sharía o la ley islámica.

Creo que lo que sucedió en Siria fue la reencarnación de conflictos que llevan siglos, más allá de querer derrocar a un dictador. Tiene más que nada connotaciones religiosas. Eso explica cómo grupos extremistas, algunos oficialmente catalogados como terroristas, se involucraron y recibieron grandes cantidades de armas y dinero para entrar al país y derrocar a un régimen que representaba la presencia chiíta en Damasco, que fue la capital del Imperio de los Omeyas.

No se puede decir que todo el pueblo sirio salió a las calles a festejar la caída de Bashar. Mucha gente ha tomado una postura neutra o cautelosa, ya que ahora reina la incertidumbre. Si solamente nos basamos en lo que vemos en los medios, las escenas de Siria ya se vieron y vivieron en Iraq y en Libia, los cambios no necesariamente fueron para bien. ¿Por qué tendríamos que creer que ahora Siria estará mejor?

MWN: ¿Qué sigue para Siria?

ABO: Hay mucha incertidumbre. La gente no sabe qué viene, tras la caída de un gobierno que estuvo en el poder durante más de 50 años. Si bien las nuevas autoridades dicen que son progresistas y que quieren una Siria unida e incluyente, la gente no está del todo segura de que eso es lo que vendrá.

De hecho, diferentes partes de Siria están bajo el control de diferentes grupos y personas, entonces habrá sin duda una etapa de inestabilidad y transición que podría durar décadas, en un entorno de diferentes intereses geopolíticos que afectan directamente al país. La única solución sería establecer un estado pragmático tecnócrata, y tristemente lo que empezaron a hacer “los rebeldes” no parece ir en ese camino.

Lamentablemente, creo que pasarán 20 años antes de que Siria regrese a la estabilidad que vivió siendo gobernada por los Asad. Al final, puede tratarse de una negociación, de una entrega pactada … unas cosas por otras. Eso explicaría la rapidez con la que sucedieron las cosas hace algunas semanas.

* Aboud Barsekh-Onji es un investigador, comunicador e ingeniero mexicano, de origen sirio, experto en geopolítica, innovación tecnológica y gestión energética.



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