Thursday, February 27, 2025
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El deporte y la nacionalidad puertorriqueña

El deporte siempre ha sido espacio para nuestra reafirmación como puertorriqueños. Desde las gestas olímpicas, hasta las victorias en el baloncesto, voleibol, béisbol, boxeo, tenis de mesa, y otros deportes, nuestros equipos nacionales han representado un emblema de identidad y orgullo patrio. Estas victorias no solo representan un logro deportivo; también nos brindan la oportunidad de reafirmar nuestra nacionalidad, nos unen como pueblo, nos permiten celebrar al ver nuestra bandera ondear, y el triunfo del atleta se convierte en uno de la nación puertorriqueña. Son un recordatorio de que Puerto Rico es una nación con identidad propia.

Desde 2020, existe una regla que impide a los puertorriqueños y puertorriqueñas por nacimiento o ascendencia, según su edad, pertenecer al equipo nacional de voleibol de Puerto Rico si viven o juegan en otro país. Según esta regla de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), la ciudadanía deportiva de todo jugador o jugadora le pertenece a la Federación Nacional (de origen) a la que pertenece el club, equipo o escuela en que se registró o participaba a partir de los 14 años. Solamente podrían representar a Puerto Rico si reciben la autorización de la FIVB tras completar un procedimiento muy oneroso.

La Federación Puertorriqueña de Voleibol (FPV) ha planteado, en varias ocasiones, el impacto de dicha regla. Dada la situación sociopolítica existente, en la que los puertorriqueños y puertorriqueñas tienen el mismo pasaporte que los de Estados Unidos y existe un flujo migratorio entre ambos lugares, esto resulta en una desventaja competitiva adicional para la isla. Cientos de jugadores y jugadoras puertorriqueñas desean representar a Puerto Rico, pero no podrían hacerlo, aun si la federación de Estados Unidos no tiene interés en convocarles para su selección.

Representar a Puerto Rico en distintas disciplinas deportivas es un honor y motivo de orgullo. Es por esto que radicamos la Resolución Concurrente 11, para solidarizarnos con las jugadoras y jugadores de voleibol que no han podido hacer realidad su deseo de representar a su tierra por la razón antes mencionada. No podemos permitir que una regla desconectada de nuestra realidad limite los sueños de representar a su patria.

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