El presidente Joe Biden concluyó su viaje a Francia presentando sus respetos en un cementerio militar estadounidense que Donald Trump no visitó cuando era mandatario, con la esperanza de que aclare lo que está en juego en las elecciones de noviembre.
Antes de regresar a Estados Unidos, Biden acudió al cementerio de Aisne-Marne, aproximadamente a una hora de París, y colocó una ofrenda floral en la capilla del sitio donde lápidas blancas marcan el lugar de descanso final de más de 2,200 soldados estadounidenses que lucharon en la Primera Guerra Mundial.
Fue un final solemne para cinco días en que Trump fue una presencia tácita pero inevitable. A primera vista, el viaje marcó el 80mo aniversario del Día D y celebró la alianza entre Estados Unidos y Francia. Pero en un año electoral en que Trump ha puesto en duda entendimientos fundamentales sobre el rol global de Estados Unidos, Biden ha aceptado a su predecesor, y posiblemente sucesor, republicano como un contraste latente.
Cada oda a la asociación transatlántica era un recordatorio de que Trump podría cambiar esas relaciones. Cada referencia a la democracia representaba un contrapunto a los esfuerzos de Trump por anular una elección presidencial. Las innumerables exhortaciones para ayudar a Ucrania a defenderse contra Rusia crearon un contraste con el escepticismo de Trump sobre brindar apoyo estadounidense.
Las afirmaciones de Biden sobre la lucha entre democracia y autocracia generaron aplausos en Europa, donde la perspectiva de un regreso al turbulento reinado de Trump ha provocado mucha ansiedad. Pero queda por ver cómo resonará el mensaje entre los votantes estadounidenses, mientras la campaña de Biden lucha por conectar las terribles advertencias que el presidente demócrata tan a menudo hace sobre su rival con las preocupaciones cotidianas de la gente.
La visita al cementerio sirvió para subrayar una vez más el contraste.
“Es la misma historia”, dijo Biden. “Estados Unidos se presentó. Estados Unidos se presentó para detener a los alemanes. Estados Unidos se presentó para asegurar que no prevalecieran. Y Estados Unidos se presenta cuando somos necesitados tal como nuestros aliados se presentan para nosotros”.
Durante un viaje a Francia en 2018, Trump se saltó sus planes de ir al cementerio, una decisión que la Casa Blanca atribuyó al clima en ese momento. Sin embargo, informes posteriores dijeron que Trump les dijo a sus asistentes que no quería ir porque veía a los soldados muertos como “tontos” y “perdedores”. Trump negó los comentarios, aunque luego fueron corroborados por su entonces jefe de gabinete, John Kelly.
Los supuestos insultos de Trump se han convertido en una característica habitual de los discursos de campaña de Biden, incluso durante un mitin de abril en Scranton, Pensilvania.
“Estos soldados eran héroes, como todos los estadounidenses que sirvieron a esta nación”, dijo Biden. “Creer lo contrario, eso por sí solo ya descalifica a alguien para postularse a este cargo”.
En el cementerio, Biden ignoró una pregunta directa sobre Trump, pero dijo que era importante visitar el terreno sagrado.
“La idea de que yo viniera a Normandía y no hiciera el corto trayecto aquí para rendir tributo”, agregó mientras su voz se apagaba como expresando incredulidad.
Trump, en un evento de campaña en Las Vegas, dijo el domingo después que Biden dejara Francia que el desempeño del presidente en el extranjero fue “terrible” y vergonzoso, aunque no mencionó un hecho en particular.
“Este no es un representante de lo que antes era el mejor país”, dijo a sus partidarios. Durante el gobierno de Biden “somos una nación en gran declive y vamos a parar esto de inmediato”, agregó.
Maura Sullivan, exagente de la Marina que sirvió en la Comisión Estadounidense de Monumentos de Batalla durante la presidencia de Barack Obama, indicó que la visita de Biden “servirá de ejemplo, y de hacer lo que el presidente debe hacer”. Ahora funcionaria en el Partido Democrático de Nueva Hampshire, Sullivan agregó que los “votantes pueden sacar sus propias conclusiones” de ello.
Durante el viaje de Biden hubo varios momentos emotivos y al presidente le pesaron los ojos después de reunirse con veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Una salva de 21 cañonazos cubrió de un humo escalofriante las 9,388 lápidas de mármol blanco en el Cementerio Estadounidense de Normandía.