CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se reunirá el lunes con la ganadora de las elecciones Claudia Sheinbaum para preparar la transición de gobierno que tendrá lugar el 1 de octubre.
“Es importante planear cómo vamos a trabajar, qué vamos a hacer, con cuántos recursos contamos, cuáles van a ser las prioridades porque hay muchas demandas” pero “hay que priorizar”, dijo el mandatario en su conferencia matutina.
El tema que mantiene más nervioso a los mercados es la batería de reformas constitucionales que López Obrador mandó al Congreso en febrero, que se empezarán a debatir cuando se instale la nueva legislatura en septiembre y que según analistas podrían afectar la independencia de poderes y a los organismos autónomos del país.
Aunque falta que el Tribunal Electoral analice las impugnaciones y decrete los resultados oficiales finales de las votaciones del 2 de junio, Morena —el partido de López Obrador y de Sheinbaum— y sus socios tendrían mayoría calificada en la Cámara de Diputados y estarían a dos escaños de conseguirla también en el Senado, con lo que lo más previsible es que los cambios en la Carta Magna pueden aprobarse.
Entre los cambios constitucionales propuestos por López Obrador está la reforma del Poder Judicial para que los jueces sean electos por voto popular y también eliminar organismos como el Instituto de Transparencia.
El presidente dijo que no iba a hacer petición alguna a su sucesora para agilizar la tramitación de los cambios a la Constitución y volvió a calificarla como una mujer inteligente, honesta, “con mucha capacidad de gobierno” y mucho criterio.
Desde su victoria Sheinbaum se ha mostrado cauta y abierta al diálogo. El jueves dijo estar dispuesta al debate abierto para discutir las reformas constitucionales.
“Mi posición es que tiene que abrirse un diálogo, que tiene que evaluarse la propuesta y en su momento, pues ya aprobarse”, afirmó en breves declaraciones a la prensa. “Pero tiene que explicarse bien la propuesta, que la conozca el pueblo de México y que pueda abrirse, como normalmente se hace, a través de un Parlamento abierto”.
Uno de los retos de la futura presidenta es marcar un estilo propio de gobierno y poder realizar ciertos ajustes a las políticas más criticadas de López Obrador sin separarse de su mentor.