Tras el éxito de la serie “Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story”, Netflix ha lanzado un nuevo y conmovedor documental titulado “Los hermanos Menéndez”, dirigido por Alejandro Hartmann. Este documental se adentra en el infame caso de los asesinatos de José y Kitty Menéndez, perpetrados en 1989 por sus propios hijos, Lyle y Erik.
A través de entrevistas exclusivas con los hermanos, quienes hablaron desde prisión, y con familiares y testigos del juicio, la producción ofrece una mirada profunda a los eventos que impactaron al mundo.
Las confesiones de Lyle y Erik Menéndez
Uno de los momentos más impactantes del documental es cuando Erik revela que sus compras extravagantes después del crimen eran un intento de lidiar con su dolor emocional: “La idea de que me lo estaba pasando bien es absurda. Todo era para encubrir este dolor horrible de no querer estar vivo”, confiesa.
Por otro lado, Lyle comparte una escalofriante reflexión: “Preferiría perder el juicio por asesinato antes que hablar de nuestro pasado y de lo que había sucedido”, revelando la carga que ambos hermanos llevan.
El documental también revela que muchos miembros de la familia estaban al tanto del abuso que sufrían bajo la mano violenta de José. Diane Vander Molen, prima de Lyle y Erik, recuerda un incidente perturbador en el que José puso a Lyle en una situación peligrosa, diciéndole que nunca se podía confiar en nadie. Esto plantea la inquietante pregunta de cuántos más conocían la verdad detrás de las puertas cerradas.
La imagen pública de José Menéndez no era positiva; su reputación como un hombre cruel y abusivo estaba bien establecida. Bozanich, un conocido de la familia, afirma que “no pude encontrar a nadie que dijera algo bueno sobre José Menéndez, excepto su secretaria”. Para muchos, la muerte de José fue vista como un alivio, lo que subraya la complejidad del caso y las múltiples capas de dolor que lo rodean.
