El Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR) confirmó este lunes que le removió varias armas de fuego a José E. Rivera Martínez, el conductor y único sobreviviente del accidente fatal cerca del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) el pasado jueves, que cobró la vida de tres pasajeros.
Según el teniente Gualberto Cruz, al joven de 21 años se le ocupó el día del accidente una pistola Glock, modelo 26, calibre 91. Ahora, llegaron hasta su residencia y le removieron otra pistola Glock, modelo 19, calibre 9; un rifle AM15; y varios cargadores y municiones de distintos calibres.
Rivera Martínez tenía licencia para poseer y portar todas las armas. El proceso se dio como parte de la investigación que sigue la Uniformada.
Asimismo, Cruz precisó que Rivera Martínez tiene cuatro multas de tránsito. El joven posee dos boletos por exceso de velocidad del 10 de junio de 2024 y del 7 de junio de 2022; uno por tintes unidireccionales del 7 de septiembre de 2023; y otro por rebasar un pare el 8 de agosto de 2022.
El teniente además no desmintió la información de que hay una quinta persona involucrada en el accidente de tránsito. Rumores apuntan que otro joven se encontraba dentro del vehículo, pero se bajó antes del choque fatal. Metro Puerto Rico solicitó al NPPR que confirmara o desmintiera los datos, pero aún no ha obtenido respuesta.
Supuestamente, el pasado 5 de diciembre, a eso de las 4:40 a.m., el joven de 21 años conducía a exceso de velocidad un vehículo Ford Mustang gris del año 2023. Acto seguido, impactó un poste de alumbrado en la avenida Alfonso Valdés Cobián en dirección a la avenida Ramón Emeterio Betances, cerca de la Cervecera de Puerto Rico, en Mayagüez.
A bordo del vehículo también viajaban José Marti Rivera Rivera, de 22 años, y Josué Elías Rodríguez Arroyo, de 21 años, quienes fallecieron en el acto.
Mientras, Eddie Caraballo Hernández, de 21 años, permaneció hasta el sábado en estado crítico en el Centro Médico de Río Piedras. Posteriormente, fue diagnosticado con muerte cerebral. Sus familiares tomaron la decisión de donar sus órganos.
Rivera Martínez se negó a realizarse una prueba de aliento para detectar alcohol. El licenciado Pablo Colón Santiago, quien es su abogado, aseguró que su cliente “seguía sus instrucciones” y tenía “razones justificadas” para negarse a hacerse la prueba de alcohol. Adicional, que los jóvenes se encontraban compartiendo en casa de unas amigas antes del fatídico suceso. Sin embargo, no brindó más detalles.
La División de Patrullas de Carreteras de Mayagüez está a cargo de la investigación.