Una reciente investigación realizada por la oficina de la representante por acumulación Mariana Nogales Molinelli, identificó al menos 13 proyectos de construcción que amenazan con sustituir vastas áreas boscosas del sur de San Juan por más de 990 mil metros cuadrados de cemento.
Estos proyectos incluyen la construcción de 300 unidades de vivienda unifamiliar, dos centros de acopio y un vertedero.
“Estos proyectos son presentados bajo la fachada de ‘desarrollo’ y progreso, pero la realidad es un proceso de urbanización desorganizado y perjudicial que no responde a las necesidades de la población ni al respeto por el medio ambiente”, advirtió Nogales Molinelli. La investigación surgió a raíz de denuncias de remoción de corteza terrestre, deforestación sin permisos, contaminación de cuerpos de agua, inundaciones y erosión en la región sur de San Juan.
Nogales Molinelli señaló que la deforestación exacerbará el efecto de Isla de Calor Urbana, que ya se manifiesta en el norte del municipio. En 2011, San Juan presentaba temperaturas hasta 7 grados Fahrenheit más altas que las áreas rurales, una diferencia que se amplifica al comparar con áreas boscosas.
“Los materiales de construcción como el hormigón, el cemento y el asfalto retienen más calor durante el día y lo liberan en la noche, elevando las temperaturas no solo diurnas, sino también nocturnas. Además, al sembrar cemento, se impermeabiliza el terreno, afectando la infraestructura natural que mitiga las inundaciones”, explicó.
La representante enfatizó que las agencias gubernamentales responsables de la planificación territorial deben tomar cartas en el asunto. “Le pedimos a la Oficina de Gerencia de Permisos que nos diera una lista de todos los proyectos de construcción de viviendas en el sur de San Juan y no pudo producirla. Como todo lo ven de forma segmentada, proyecto a proyecto, no tienen la capacidad para ver el espantoso cuadro completo del desarrollo caótico que están permitiendo”, afirmó Nogales Molinelli.
Entre los proyectos destacados se encuentran el Proyecto Ensueño, con 89 unidades para vivienda pública a un costo de cerca de medio millón de dólares por apartamento; Montehiedra Reserve, con 22 mansiones de lujo; Paseo La Cima, con 104 unidades de vivienda tipo “walkup”; y terrenos propiedad de Martel Inc., deforestados sin permisos.
“Sabemos que hay una necesidad de vivienda asequible, pero nuestro planteamiento es que seguir ampliando el desparrame urbano no es la solución. En cambio, debemos rescatar todos esos espacios que se encuentran abandonados en los cascos urbanos y planificar una ciudad que atienda las necesidades de todas las personas, desde los más jóvenes hasta los más viejos, donde haya vivienda asequible y se encuentren los servicios básicos que necesitan – escuelas, médicos, oficinas de gobierno, colmados, recreación-, a los que puedan llegar a través de un sistema de transportación pública fortalecido y áreas urbanas en las que se pueda caminar y hacer comunidad”, concluyó.
