WASHINGTON (AP) — Poco después que el presidente Joe Biden anunció que abandonaría su campaña de reelección, el presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, tenía un mensaje: no habría coronación automática para su reemplazo.
“En los próximos días, el partido emprenderá un proceso transparente y ordenado para seguir adelante”, dijo Harrison en un comunicado. “Este proceso se regirá por las normas y procedimientos establecidos por el partido. Nuestros delegados están dispuestos a tomar en serio su responsabilidad de presentar rápidamente a un candidato al pueblo estadounidense”.
El comentario reflejó la realidad de que, si bien la vicepresidenta Kamala Harris se perfila como la favorita prohibitiva para convertirse en la candidata del partido, no es tan simple. Y, por ahora, el partido no revela muchos detalles sobre lo que sucederá.
Algunos miembros del Comité Nacional Demócrata ya habían comenzado a discutir en privado planes de contingencia ante la posibilidad de que Biden dimitiera antes de su decisión de hacerlo el domingo. Una comisión que establecerá las reglas del partido para la Convención Nacional Demócrata, que comienza el 19 de agosto en Chicago, se reunirá virtualmente el miércoles para discutir los próximos pasos.
Harris tiene que asegurar formalmente la nominación de los alrededor de 4.700 delegados demócratas de la convención, incluyendo los que se habían comprometido con Biden, así como de funcionarios electos, expresidentes y otros veteranos del partido conocidos como superdelegados.
Vistiendo sudadera y cenando pizza de anchoas con miembros de su personal en la residencia de la vicepresidenta el domingo, Harris pasó más de 10 horas llamando por teléfono a más de 100 líderes de partidos, miembros del Congreso, gobernadores, líderes sindicales y líderes de organizaciones en defensa de los derechos civiles. Estaba difundiendo el mensaje de que busca la nominación demócrata, indicaron sus asesores.
Biden ganó las primarias demócratas en todos los estados y Harris figuraba como su compañera de fórmula. El hecho de que la haya respaldado como su sucesora al tiempo que se retira de la contienda presidencial fortalece aún más su caso, al igual que el apoyo de las figuras al frente del partido. Otros demócratas de alto rango respaldaron abiertamente a la vicepresidenta incluso antes que Biden abandonara su candidatura a la reelección, instándolo a “pasarle la antorcha” tras su pésimo desempeño en el debate que sostuvo con el candidato republicano Donald Trump el mes pasado.